lunes, 30 de noviembre de 2009

Los viajes no-hechos

"Despertamos con el aroma del té"
Coiffeur - Cataratas


Los viajes no hechos son una piedrita en el zapato. A veces con un gusto agridulce y algo de miedo, la recompensa después del esfuerzo. Otras tantas veces son nomás una foto mental de cosas planeadas con futuro totalmente incierto... porque así también está bueno vivir, en un cúmulo de posibilidades.

Se entusiasmó con planes ajenos, al principio, que luego fue convirtiendo en propios. Soñó con ese retiro, aislamiento, que le permitiera escribir. Los días fríos, la nieve, los paisajes sureños, el tiempo a disposición de cualquier posterior capricho. Todo el espacio y el tiempo del mundo para sus costumbres de horarios absurdos.

La compañía nunca fue un problema, el capricho pronosticaba el viaje a pesar de tener o no compañía, de que esta fuera de cualquier tipo, cercana o no, hombre o mujer y que incluso la dejaran sola y magnífica, brillando contra la nieve o recortada contra la luz crepuscular de alguna ventana.

El sur la esperaba como a una parienta de regreso. La chimenea con el humo azaroso de un fuego reconfortante y el té... siempre el té.
Despertar entre las sábanas-sueño, entre las sábanas-pierna u ombligo, con cualquier luz, no necesariamente la de la mañana. Despertar con el aroma del té y ser anónimamente feliz. Entera y limpia, una hoja en blanco, como las que seguramente tendría cada día para escribir.

El viaje no-hecho implicaba una rutina, una especie de ritual provisorio, que no consistía, sin embargo, en seguir siempre los mismos pasos sino, por más contradictorio que sonara, elegir cada actividad según el impulso del momento. Caminatas y fotografías, comidas con aromas penetrantes, bebidas calientes, películas, pizza... y el obligado espacio del día para poner todos sus pensamientos, procesos y percepciones por escrito, cosa que era, en definitiva, el objetivo que hacía de germen aunque luego los motivos se bifurcaran a su antojo.

Y todo, todo, colgando con palillos de una cuerda en medio de sus ratos libres, sus vagabundeos por rincones de la mente.
Y todo, todo, convirtiéndose de a poco en certezas a medias...
Y casi, casi todo, encontrando una mano que también quería estar a contraluz en cualquier crepúsculo del sur. Probando té y sonidos, acurrucándose de insomnio entre sus celebraciones ingenuas con olor a menta.






"los alguaciles silban lento... y yo me voy"

viernes, 27 de noviembre de 2009

Hide and seek

La lluvia desmoronó un montón de cosas.
La tarde se vino con todo su gris sobre mis hombros y me encontró triste sin una razón específica.
Me encontró preguntándome qué quiero, qué necesito, qué?
No sé, ni idea.
Pero tengo la sensación de que quiero algo que sea mío, que no traiga aparejadas cosas viejas, historias que ya fueron, cargas, problemas, deudas... Sean planes, sean personas, sean lugares, realmente quiero algo que me pertenezca y a lo que poder pertencer. Cada vez más crece esa sensación rara en mí. Pertencer, ser parte y a la vez tener algo que me pertenezca. No en un sentido egoísta ni de apropiación, sino una pequeña seguridad entre tantas incertidumbres que me acosan en este tiempo.
Tener algo que sea mío, una idea, un plan, algo por lo que abrir los ojos con una sonrisa, alguien que me espere siempre... lo que sea.
Pertenecer. Encontrarme.


martes, 24 de noviembre de 2009

Ahí se va otro finde en veremos

A veces no tener expectativas es genial. O tenerlas muy abajo. El viernes no tenía ganas de ir a un cumpleaños, pero al final me decidí a ir. En parte, porque sabía que quedarme iba a implicar un sinfín de posteriores lamentaciones, en parte, también, porque creía que así fuera y me aburriera, me despejaría la cabeza y no pensaría en cosas que me andan haciendo mal.
Y no la pasé tan mal, a pesar de que conocía a poca gente de la que asistía, el cumpleañero no era suuuuper amigo y la gente "conocida" es de esa con la que una no tiene mucho tema en común.
Terminé sentada al lado de dos amigos de JM, el cumpleañero, que no me dejaron aburrirme.

Casi al final del cumpleaños, buenamigo y eltipoperfecto aparecieron, juntos, en una conversación.
Resulta que ambos están en un proyecto que coordinamos con JM. En ese proyecto hay más gente y todos, menos ellos dos, son amigos de JM. JM no los conoce personalmente a mis amigos. Estábamos en el cumple hablando de cosas relacionadas al proyecto y él dice:
- Bueno, ahora hay que ver qué tienen (apellido de buenamigo) y (apellido de eltipoperfecto).
- JM, por qué los llamás por el apellido?
JM ofrece como respuesta un balbuceo inentendible.
- Qué te pasa, JM, por qué los "tratás" así?
- Nada, es que no tengo tanta... no sé, confianza...
- Mentira. - miré sus ojos. Soy muy perceptiva, aunque siempre me haga la boluda y no demuestre que sé más de lo que otros creen que sé. - JM, no puedo creer que estés celoso de buenamigo y eltipoperfecto!! No puede ser, JM, por qué?

No me contestó. Intentamos decirle que era totalmente absurdo, que en el proyecto eran todos amigos suyos y sólo ellos míos, pero no pudimos arrancarle palabra. Además los conozco desde mucho antes que a él.
De todas maneras, el suceso fue extraño. JM no sabe nada de qué onda yo con ellos dos, son simplemente mis amigos y además hablábamos de relaciones "laborales", pero me pareció curioso que confluyeran en esa charla.

El sábado hablé como una hora y media por teléfono con buenamigo. El domingo, después de una salida con él, extraña pero muy linda al fin, me quedé pensando ciertas cosas que en ambas conversaciones salieron. Después de llegar, leyendo cosas en un blog que tiene eltipoperfecto, volví a unirlos en mi cabeza.

Mientras eltipoperfecto vive su feliz relación en una especie de encapsulamiento, de meterse hacia adentro, olvidarse del mundo excepto por ella, ser feliz casi egoístamente porque no necesita de nadie más, buenamigo me plantea que espera zafar de unas vacaciones solo con ella, porque le re embolan los días de convivencia.
Bueno, no sé ni por qué los comparo, supongo que este finde tuvo varias cosas que me remiten a ellos y no puedo evitar pensar en cuán diferentes son y cuestionarme qué les vi a cada uno en su momento, por qué significaron tanto para mí siendo tan diferentes. Además siento que todo me lo cargan en mi cabeza y yo convivo con esas cosas que de alguna manera tengo que procesar, reirme, entender... o no.
Y mientras tanto, ignoran tanto respecto a mí!

Ok, me voy a dormir, esto solamente fue una descarga de cosas que tengo en la cabeza. Lo peor es que parece que todo el tiempo pensara en estos dos sujetos y no ocupan mi mente ni un poquito por día, pero cada tanto saltan cosas que pff... necesito ponerlas por escrito.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El cuaderno rojo - lectura entre el caos

Estoy leyendo "El cuaderno Rojo", de Paul Auster. Elegido al azar en la biblioteca, me encontré con un libro fascinante acerca del azar y las casualidades. Contiene un exquisito prólogo de Justo Navarro acerca del tema, de la vida de Paul Auster y cómo las casualidades le han implicado tanto.
A continuación dejo un texto del prólogo y un capítulo del libro.
Pero léanlo, no se van a arrepentir, es brevísimo y lo estoy devorando a pasos agigantados, estoy procurando ir lento porque sé que lo lamentaré al terminarlo.



XI

Una vez Paul Auster fue de excursión al bosque y encontró el idioma al que mucho más tarde trataría de traducir el mundo, el mundo cómico y aterrador: encontró el idioma del azar, el idioma de la casualidad y las coincidencias, el idioma de los encuentros fortuitos que se convierten en destino. Gracias al azar Paul Auster encontró la música del azar. Se hacía novelista mientras descubría la música del azar: traducía el mundo al idioma que había descubierto hacía muchos años en una excursión al bosque: el idioma del azar. Pero el idioma del azar es también el idioma de la fragilidad: hay coincidencias y casualidades con las que te mueres de risa y hay coincidencias y casualidades con las que te mueres. Descubrir el poder del azar es descubrir que somos terriblemente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo. Que una palabra estúpida oída por casualidad también puede fulminarnos. Recordar que las personas son terriblemente frágiles es una obligación moral: Paul Auster dice que es cazador de coincidencias por obligación moral.

Justo Navarro - Prólogo a "El cuaderno rojo"


6
En la misma línea, a pesar de abarcar un período de tiempo más corto (unos meses en lugar de veinte años), otro amigo, R., me habló de cierto libro inencontrable que había estado intentando localizar sin éxito, husmeando en librerías y catálogos en busca de una obra supuestamente excepcional que tenía muchas ganas de leer, y cómo, una tarde que paseaba por la ciudad, tomó un atajo a través de la Grand Central Station, subió la escalera que lleva a Vanderbilt Avenue, y descubrió a una joven apoyada en la baranda de mármol con un libro en la mano: el mismo libro que él había estado intentando localizar tan desesperadamente.Aunque no es alguien que normalmente hable con desconocidos, R. estaba tan asombrado por la coincidencia que no se pudo callar.
-Lo crea o no -le dijo a la joven-, he buscado ese libro por todas partes.
-Es estupendo -respondió la joven-. Acabo de terminar de leerlo.
-¿Sabe dónde podría encontrar otro ejemplar? -preguntó R.-No puedo decirle cuánto significaría para mí.
-Éste es suyo -respondió la mujer.
-Pero es suyo -dijo R.
-Era mío -dijo la mujer-, pero ya lo he acabado. He venido hoy aquí para dárselo.

Paul Auster - El cuaderno rojo

viernes, 20 de noviembre de 2009

Otro jueves cobarde

(el relato quedó larguísimo, están disculpados si no lo leen todo. es que esta mañana quise evadir ciertas responsabilidades por un ratito y me atacó la verborragia)

Últimamente mis salidas se convierten en dos cosas: tristes (o tristes desde mi opunto de vista, o sea, patéticas) o bizarras.
Opción B para este jueves.
"No creo que hablemos esta noche, por lo que veo, vas al bar-de-los-jueves". Y yo contesté que solo si tenía buena compañía... y la tuve, pero ingenua de mí al pensar que de esa forma podía zafar de una noche rarita. Tendría que haber aprovechado mi casi-madrugada en esa charla que prometía, al menos, un rato entretenido.
La tarde arrancó mal. Con buenamigo teníamos planes que suspendimos por problemitas de horarios, aunque a ambos nos tentaba ver a Franny Glass en la Zavala Muniz. Logré cambiárselos por una ida al teatro el domingo, "y todos contentos".
Pero mandé mensajito porque tenía ganas de ir al bar-de-los-jueves, al que cada tanto me perjuro no volver a asistir.

O:
Amiga, terminás muy tarde hoy? Pasame a buscar por la facu y vamos al bar-de-los-jueves. No estoy segura qué hay, pero al menos tomamos algo y charlamos.

Nat:
Dale!! genialísimo. Termino con los talleres y voy!

Después de una devastadora clase, llena de desmotivación y conflictos, esperé a mi compañía nocturna para irnos caminando hasta allí. La noche estaba hermosa a pesar del día loco, capricho del cambio climático.
Lo bizarro del asunto, creo, en realidad, que fue el conjunto de cosas. La fauna del bar-de-los-jueves estaba a pleno ese día. Saludamos a mi amiga Inés, a su pareja, a mucha otra gente conocida de la vuelta, al coordinador del ciclo de los jueves, a Fede B., al que todos parecemos conocer (y yo por una casualidad muy cómica) y nos reímos mucho al respecto.
Y estaba el tocayo de un par que andan por acá: Pablo G.
Describir a ese tipo es dificilísimo. Enorme, corpulento, treintañero mantenido que vivie con la madre, de voz inquietantemente tranquila, Nat dice que un día, en silencio, va a sacar un cuchillo y nos va a matar a todos. Algo pesado... siempre viene y quiere sacarte tema pero nunca hay mucho de qué hablar. Conmigo siempre estuvo todo bien. Cuando lo conocí, en una reunión hace como un año, en una me paré para irme y me dijo: Querés que te acompañe a la parada? Y temí. Mis instintos no fallaban y dí una acertada negativa.
Es buen tipo, pero a veces está desequilibrado y se pone muuuuuy raro. Hace unos meses, con ella, la novia de buenamigo, se puso pesadísimo, hasta yo me asusté, que, dentro de todo, me tomo las cosas con calma. Y el tema es que conoce a TOOOOODO el mundo. Y todo el mundo lo conoce. Vos hablás de Pablo G. y todo el mundo sabe quién es, lo escuchó nombrar o leyó algo suyo. Y eso que parece de perfil bajo.

El caso es que, mientras intentábamos escuchar a una chica fantástica que leía esa noche (y que me saludó con sorpresiva efusividad a pesar de haberme visto una sola vez) Pablo G. asomó su cara entre nustras cabezas casi juntas, provocándonos un pequeño sobresalto.
- Soy yo o no se escucha mucho?
- No, se oye raro - le dije, mirándo sugestivamente a mi amiga, que intentó contener la risa.
- Ya te dije, en cualquier momento saca el cuchillo - me dijo Nat una vez que Pablo G. se había ido.

Terminamos de escuchar a la chica y, como lo siguiente no empezaba sino hasta dentro de un buen rato, deicidimos tomar algo, mientras. Pedimos una cerveza y una pizza a Márquez, que se demoró bastante (un gordito tan simpático del bar).
Pablo G. se acomodó con nosotras en la mesa, sin ningún tipo de invitación. Nat y yo nos miramos. Hicimos de cuenta que no estaba y seguimos hablando de nuestras cosas, siendo interrumpidas cada tanto por esa voz apagada y calma que me ponía los pelos de punta. Le ofrecí cerveza y dijo "un poquito", le serví, claro está, "un poquito", sabía que no iba a pagar un solo peso y todo bien, pero no tenía ganas de que se tomara la mitad de nuestra cerveza.
Mala noticia, paro de buses, me ofrecieron pasarme a buscar y acepté, avisándole a Nat que la dejaba en su casa.
- En dónde vivís?
- En xxxxx
- Ah, por dónde agarrás, 18 de Julio? - claramente quería sumarse de garrón.
- Ni idea, no soy yo la que maneja- y a continuación, seguí hablando con Nat como si tal cosa.

Trajeron mi pizza y el primero en servirse fue Pablog G. Así, sin aviso, sin permiso, nada. Nuevo cruce de miradas con Nat, siguiendo la conversación e ignorándolo completamente.
En un momento en el que se levantó para saludar a alguien, nos servimos lo que quedaba de la botella, para que no pudiera vovler a servirse. Pero cuando regresó a la mesa (sí, regresó!) intentó servirse más cerveza.
En ese rato aprovechó a mostrarme un dibujo que había hecho y me prguntó si tenía algo escrito para mostrarle. Le dí uno de mis libritos que casualmente cargaba ese día. Ese es un plano en el que respeto a Pablo G. y lo que hace me gusta, así que no tuve problemas.
Se comió la mitad de mi pizza y, como en breve nos vendrían a buscar, pedimos la cuenta.
Continuamos hablando y, después que comí el último pedazo de pizza (lo tragué, por si se le ocurría comer más de la mitad -patético esto, pero bueno-) Pablo G. se levantó y se fue.
Se fue!
Con Nat empezamos a putearlo y a decir un montón de cosas al respecto, obvio que no a él, sino en nuestra conversación. Indignadísimas.
Fede B. había desaparecido, hubiera sido re lindo ser acompañadas por un chico como él. Inés acaramelada con su pareja, que en realdiad se merecería un capítulo aparte en mi lista negra. La chica-que-leyó demasiado lejos de nuestra mesa, amiguito de buenamigo, con el que sieeempre me cruzo en todos lados, hasta el punto de dudar si no me persigue, me saluda pero también de lejos... me sentía en una islita en cuya orilla me había abandonado un barco. Pum, patada para abajo.
Y Nat que se pone a conversar con un gallego (ok, si hay algo que me puede increíblemente es ese acento en un tipo. no sé por qué, pero es más fuerte que yo) y yo que miro alrededor sin lograr que nadie me vea para que, al menos, me regale una sonrisa.
La bañadera llega y nos tenemos que ir. Mientras Nat intercambia teléfonos de amigos con el gallego, yo corro a pagarle a Márquez y nos subimos con toda la prole.
- Después hablamos, amiga, gracias por la salida - me dice al despedirse.
- Espero que se repita, pero distinta.
Y nos reímos un poco.

jueves, 19 de noviembre de 2009

El que avisa no es traidor...

Intenté nuevos contactos con eltipoperfecto. No es el mismo. En parte sí, pero no es el mismo conmigo porque no necesita ser como era antes conmigo. No necesita que le banque la cabeza, le cuente cosas, le dé consejos o que discutamos sobre la metatextualidad, los datos insignificantes que nos empeñamos en saber, las pequeñas obsesiones, Tabucchi, Roth, Saer, Borges, lo poco que me gusta Sabines, las locuras de mejoramiga. No lo (me) necesita.

Es rarísimo, pensaba en momentos de reflexión, sentir que alguien no te "necesita" más. Siempre sostengo que nadie es imprescindible. Se lo dije incansables veces a buenamigo y a mucha otra gente. Pero no deja de ser rara esa sensación.

Así que intento el contacto, la risa fácil, las preguntas de rigor y muchas nuevas. Pero no. Ya no me pregunta por mi familia, por mi hermana, por mi padre, no se empecina en hablarme de fútbol ni empezar a inventar historias de futuros poco probables. Leo entre líneas su felicidad, su vida tranquila, demasiado simple para mi gusto, las pequeñas satisfacciones, las abundantes lecturas que ya no comparte conmigo... Y extraño a ese amigo que ya no me necesita, que me parece tan otro al releer sms o mails larguísimos llenos de intercambios de información, noticias y risas cómplices.

Mi autoestima está más que por el suelo en estos días. Y todo lo que pasa parece querer bajármela más puntos. Desde la lluvia, los trabajos que no salen, la creatividad que no llega, relaciones que me hacen sentir muy estúpida y un tanto usada. Nada ni nadie hace nada para subírmela.

Y yo intento, intento la cara de poker o la cara feliz, decir "todo bien, no pasa nada", "no me molesta", autoconvencerme de que mis sacrificios de inversión en tiempo, viajes, paciencia, palabras justas para otros, valen la pena... y capaz que no.
Pero Olivia un día se va a cansar... y que se joda la autoestima de quienes sean, si me canso.




(en estos días con lil'sis hemos estado recordando viejos tiempos, cuando yo era una pendejita y ella apenas una niña que copiaba todo lo que yo hacía porque "me admiraba". entonces nos acordamos de esta canción que tanto nos gustaba. y hoy la escuché pila de veces, me trajo olas y olas de recuerdos. y comprobé que aunque han cambiado muchas cosas, me sigue gustando)

martes, 17 de noviembre de 2009

Nerdeando

MSN:
(...)
O dice:
Locura! ya va a hacer un año que nos conocemos!
buenamigo dice:
cierto!! cuándo fue exactamente?
O dice:
tanto no sé, no lo tengo anotado en la agenda, mijo!
buenamigo dice:
dale que sí, tenés marcado con rojo en la Pascualina el día en que nos conocimos.
O dice:
querido diario: hoy conocí a un histérico y estresado llamado buenamigo.
buenamigo dice:
jajajajajaja.
O dice:
me acuerdo porque sé que fue cerca del cumpleaños de tu prima.
buenamigo dice:
cierto! qué será de ella...
O dice:
ni idea... este año no voy a ir a su cumple. Una llamada a lo sumo, como hizo ella conmigo.
buenamigo dice:
más bien.
O dice:
decime si no estaría genial caer los dos juntos, en pedo?
buenamigo dice:
estaría, sí
O dice:
me estás contagiando tu maldad!
buenamigo dice:
sería fantástico además ir disfrazados!
O dice:
jajajaja, de qué?
buenamigo dice:
de Ortega y Gasset. Elegí, de cuál querés, Ortega o Gasset?
O dice:
pero Ortega y Gasset es una sola persona!!
buenamigo dice:
jajajajajaja, era para ver si estabas atenta!
O dice:
jajajajajaja, hdp me hiciste reir por un minuto de corrido!! me encantan nuestros chistes nerds!
buenamigo dice:
yo sé qué sí.
O dice:
pero eso no te exime de culpa por estar tan desaparecido, que quede claro.
buenamigo dice:
ya sé. Pero te saqué una sonrisa de tu habitual cara de culo
O dice:
bobo!


Al fin alguien hace el relevo y me acompaña hasta altas horas de la madrugada. Y encima me hace reir. Sí, amo los chistes nerds, qué le voy a hacer!

lunes, 16 de noviembre de 2009

Inconformidad

Adoro el cambio de hora. Me encanta. Más cuando me trae sorpresas lindísimas.
Estaba yo con mi pijama, como si recién me hubiera levantado, a eso de las 8 de la noche, cuando suena el teléfono.

Nat: Hola, Olivia! soy yo! en qué andás?
O: Acá, trabajando un poco, vos?
Nat: Acabo de terminar las clases y mientras ordenaba todo el taller me di cuenta de que aún no oscureció! me preguntaba si querías venir a tomar unos mates.
O: por supuesto! voy para ahí!

Cambiarme y salir no me llevó más de diez minutos. Lo justo y necesario. Aunque me distraje y me pasé como dos paradas en el ómnibus, llegué con una amplia sonrisa al encuentro con mi amiga que por complicaciones de las últimas semanas, hacía muchísimo no veía.
Mate y granola, como siempre, sentadas en los sillones del pequeño espacio casa-taller, con el aire fresco de la lluvia que se iba entrando por la ventana, el aroma del hornillo y unos tangos de fondo. Perfecto.

Rodeadas de murallas y murallas de libros e instrumentos musicales, conversamos de cada cosa que nos habíamos perdido en este último tiempo. El trabajo, las clases, los nuevos proyectos de ella y su amigo, nuestros propios proyectos que siempre se escapan como agua de una represa cada vez que nos juntamos. Planes y más planes. Muchas idas y venidas del mate, hasta las dos de la mañana.

Llegó Seba y nos colgamos a hablar de los ensayos y más planes. Cursos de fotografía, exposiciones, té que humea en la noche cálida. Y la migraña que asoma sus garras como cada un par de días.

Me fui a los tumbos, llegué a los tumbos en algo muy parecido a una resaca. Resaca de mate, supongo. Con ganas de vomitar logré alcanzar la cama y sumergirme en un sueño profundo de unas pocas horas. A las 8 de la mañana no pude dormir más.

Miré el celular y no tenía ningún mensaje. Pese a la noche simple pero fantástica que había tenido, el silencio de mensajes era lo único en que pensaba esa mañana rara, mientras miraba el techo con cara de pocos amigos.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Conversaciones en paralelo.

- No quiero perder el tiempo
- Si no tenés más nada que hacer ni nadie con quién hacerlo.
- Pero igual , no tengo ganas de perder el tiempo que bien puedo emplear...
- En qué?
- En hacer las cosas bien.
- Ahhh... porque hay una forma, capaz, de hacer las cosas bien - ella siempre tan irónica.
- Bueno, bien para mí. No pido nada, pero parece que por no pedir, no tengo nada, tampoco.
- Hay que ser demandante, darling. Además sí pedís, sólo que no a las personas correctas.
- Puede ser.


Llega sorpresivo mensaje de chico-sorpresa (valga la redundancia):
Con qué me tentás si te digo que cruzo el charco?


Respuesta:
Necesito tentarlo? Acá está el Medio y Miedo sin abrir ;)... (lo de miedo es a propósito, no es mi dislexia)


Otro mensaje:
Perfecto. Medio y miedo y sus manitos fabricando una ranita.


Respuesta:
Primero cumpla sus promesas, luego veremos qué pasa con las mías


Muestro el mensaje.
- Ves? pedís a las personas equivocadas!
- Pero yo no pedí nada!
- Igual! hacete cargo... qué pensás hacer?
- Nada, perder el celular, no responder mails o salir de la ciudad.
- Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego.
- Diente por diente y todos tomaremos sopa...


Nos reímos. Nada puede terminar mal en nuestras conversaciones desquiciadas. Lil' sis me gana siempre por goleada, hace lo que yo jamás hice a su edad, se arriesga en las cosas que yo jamás me hubiera arriesgado. Pero me dice que envidia mi suerte. Y no la entiendo.


- No te entiendo, O, qué es lo que querés?
- No sé exactamente, pero algo que se parezca a una tarde de picnic con mucho sol en un parque bien grande, comiendo fruta y tortas caseras, tirándonos a dormir al sol.
- Ehhh... lo qué?
- Es una gran metáfora, pedazo de una boluda!
- Por eso estás sola, porque nadie entiende tus metáforas.


Y nos reímos. Aunque yo no tanto.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Asignaturas.

Yo no sé nada de física cuántica. Vos no sabés nada de poesía.
Qué más da... si acá lo que importa es la química.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Jot

Con qué canción harían un Striptease?

Una vez discutí eso con una amiga (cosa que meses después me llevó a una anécdota interesante -muy!- con chico-sorpresa) y pensé en esta canción:







Tiempo después descubrí que a mi lista podía sumarle, sin lugar a dudas, esta otra:







Razones objetivas? Ninguna. Escucho esas canciones y me ponen de ese humor. Me encantan cualquiera de las dos (aunque a la segunda le tengo un cariño especial más allá de lo del striptease).
Además, después de aquellas charlas y risas en discusión de cuál era LA canción, cada vez que escucho la primera, no pienso en otra cosa más que aquellos tiempos y me río ante la idea del strip. Porque claro, soy demasiado tímida. El alcohol ya me ayudará alguna vez.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Finde bizarro, si los hay. II

Después de una salida tranquila de cerveza en un altillo, escuchando primero ACDC y luego (intentando escuchar, pese al quilombo que armaban los de la mesa de al lado) a Fito, cómo terminamos en la Terminal Tres Cruces, comiendo un sandwich y tomando cappuccino, NI IDEA.
Salida bizarra, si las hay. Sumado a eso, una caminata por Bulevar Artigas hasta General Flores, por zonitas que no están buenas, con mi miedo (confesado esa noche) a que alguien me saliera de adentro de un contenedor de basura.
Y hablar de cómo hacer guiones de cine. Y de que necesito ir a un taller a que me ayuden a escribir. Y retrasar toda la noche la concreción de un megaproyecto que aún ni siquiera sabemos qué es.
Pero después, con la cabeza despejada, el abrazo en el murito antes de tomar el ómnibus, el sueño vencido a fuerza de caminar y gritar por la calle y reirnos bien pero bien fuerte, concluí que fue una linda salida.

En la terminal:

- Triste.
- No, Olive, no fue triste.
- Sí, miranos, están todos dormidos alrededor nuestro, esperando quién sabe qué cosa, es re triste.
- ...
- Además no vamos a viajar y eso, ahora, me pone de malhumor. Nos colamos en algún bondi hacia cualquier parte?
- Jajaja, dale.
- Triste lo nuestro.
- Ya te dije que no, no jodas... si la pasamos bárbaro!
- Pero viajar... yo quiero viajar!
- Ya vamos a viajar, vas a ver.




Y con el sueño entrando ya en pantuflas, corría, más tarde, para llegar a casa.

El finde bizarro ni empezó ni terminó allí, pero no tiene nada interesante que contar, puede resumirse en: jueves de cervezas en el calor previo a la tormenta, sábado de películas -para mi fastidio- comentadas y domingo entre asado familiar y el bodrio de un cumpleaños al que no debería haber ido.

Y esto es todo, amigos, hasta que mi vida se vuelva un poco interesante. Esto de estar "bien" no garpa en lo más mínimo, preferible volverme loquita o que me rompan definitivamente el corazón, pero el "bien" es tan insulso...