En esas andaba el mundo, cuando yo me caía. En esas cosas, en la Navidad, los festejos, los niños terminando la escuela, las fiestas, los cumpleaños. Todas esas cosas mientras yo me caía.
Un avión me trajo sonrisas enormes, mi segunda mamá que volvió de visita, ese abrazo en ese olor conocido, su acento modificado, sus ganas de hablar, de contar, su "Olivia, me acordaba tanto de vos cuando..." Y las ganas de abrazarla fuerte para retenerla más tiempo.
Pero a la vez la necesidad de que compartiera con su familia, con su gente, aunque quisiera acapararla para mí, que estuviera bancando mi histeria en esta época de finales y entregas como lo supo hacer, que llamara al piso "la mesa grande", que me cambiara las tazas de café, que me consintiera con las cosas que no me hace mi mamá.
Y yo me caía. Pero no un porrazo... me caía un poco pese a la gente que me arranca las sonrisas en este mes tan raro. Me caía de a poquito, como los niños cuando se escurren lentamente en las sillas altas. Me caía y aunque el cansancio parece dominar todo, hay quienes me dan la mano, desde la distancia o volviendo, desde el teléfono o un abrazo prolongado después de dos años...
Y creo que acaba esta semana y me levanto para sonreír por mucho tiempo más.
Espero.
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5 comentarios:
Lo bueno de caerse es que no queda más que levantarse... y siempre vas a tener quien te ayude a ponerte de pie! Y te incite a sonreir!
ohlive! eso es el etré , pero vas a ver que pasa todo esto , y a penas termines con la última entrega te daras cuenta que jamás te caíste , sólo te derretiste un ratito. así que pilas y a seguir ! :)
que lindo lo de la segunda mamá y el piso también suele ser mi mesa grande :)
beso enorme (L)
Si la caida es tan lenta, ¿será que es caída?
Derepente te estás hundiendo lentamente de a poco, para levantarte de vuelta el año que viene.
Seguramente el año que viene sea mejor que éste, seguramente...
Tomá mi mano, subí.
dale, sí, quiero!
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