martes, 28 de julio de 2009

consejitos

La segunda vez que salí con M (que no fue exactamente una salida sino un encuentro mientras los dos hacíamos tiempo para luego hacer otras cosas), me di cuenta de algo que antes no había pensado. Fue una especie de deja vu, una idea de reiteración forzosa. M me hablaba de ciertos temas siempre, hasta que descubrí cierta razón oculta. Quizás en la primera salida me pareció más natural y me enrosqué charlando, pero ahora me parecía un circo insoportable, así que, consejito, queridos chicos: no hablen de lo que creen que a nosotras nos debe interesar hablar. No supongan.

Hay quienes sacan sus maneras de actuar de recetarios aparentemente infalibles y no consideran variantes. Conmigo, al menos, no hay recetario infalible que valga. Se ve que los tipos me ven cara seria y piensan que solo quiero hablar de temas serios o intelectuales. Y no!!! también quiero divertirme, decir pavadas y bailar cumbia. Por qué no? Y yo voy a ser como soy y punto, así que lo menos que te digo, flaco, futuro saliente, futura persona que va a conocer otra chica: sé vos mismo. Si no funciona, no funciona, pero si hacés lo que pensás que a ella le va a gustar o tratás de sacarle los temas que creés le interesan, algún día te vas a quedar sin nada que decir y en realidad no va a funcionar un carajo.

La otra típica cosa que tiene que ver con esto es que me den el sí como a los locos. Me desespera. No voy a dejar de salir contigo porque discrepemos en si le ponemos tres u ocho cucharadas de azúcar al café, ni si te gusta más Batman que Robin o Tom que Jerry. No me des siempre la razón, pibe, decí lo que pensás y punto.
Ejemplo ilustrativo, a la salida de un cine:

él: Qué buena estuvo la peli, che!
ella: Nah, fue un embole, mal, aparte los actores estaban menos metidos en los personajes, el director bla bla, la fotografía ni ahí, capaz lo único más o menos bueno fue la banda sonora, fulanito de tal me gusta mucho.
él: ah, sí, sí, fulanito de tal
ella: pero en realidad fue una cagada
él: sí, yo decía que estaba buena por eso de la banda sonora, pero no, sí, pensando mejor, no estuvo tan buena.

A ver... si decís que estuvo buena: decí un por qué!! Me acuerdo de una vez que fuimos al cine con buenamigo y él casi se duerme en la película (aparte era trasnoche). Después yo intentaba convencerlo con mis argumentos de que no había estado tan mala y él puteando porque había sido horrible (y la había elegido yo) y terminamos matándonos de risa, cada cual con su opinión pero escuchando los puntos del otro.

No sé las chicas que opinan, capaz soy yo la neurótica, pero hay diferencias que no me van a cambiar la decisión de seguir saliendo con alguien o no. No tienen por qué complacerme en todo, prefiero ver que encontramos temas en común a que el tipo se esfuerza por sacarme los temas con los que sabe que yo me colgaría hablando. La primera vez te funciona, la segunda, ya no.
Bueno, ese fue mi humilde consejito del día de hoy. Me voy a seguir conquistando el mundo.
Au revoir.

lunes, 27 de julio de 2009

cuatro cortitos y al pie.

I
La nueva ella de buenamigo es perfecta. Y me cae bien. Incluso reconozco que es perfecta para él. Qué más decir? Si no me recibo ahora de gila, cuándo?

II
Hace un par de meses sucedió lo siguiente: Salí con M, que hacía tiempo buscaba excusas para hacer algo. Vimos una peli, fuimos a tomar algo, luego nos perdimos en una pseudo fiesta por ahí (con magos y mimos, una bizarreada genial) y luego una última charla hasta que yo me fui. La pasé bien, a pesar de mis comentarios homicidas de siempre, que son prueba de fuego para todo aquel que ose conocerme y pretenda seguirme queriendo. Superó las pruebas, me divertí, la pasé bien. Pero nada, eso, nomás. Cuando volvía a casa, en el bondi, buenamigo apareció de la nada en mi cabeza. Ya asumí que somos solo esto que somos, y lo quiero así, pero no pude dejar de pensar que esa salida con él hubiera sido cien veces mejor. Hubieramos hablado cómodamente de todo lo que a mí me interesa hablar y me hubiera reído mucho más. Soy egoísta? Puede ser. No le doy chance a M? no sé, pero pensé que iba a dársela ese día y no hubo nada que me impulsara a hacerlo. Creo que tampoco soy yo sola, las chances hay que ganarlas y déjense todos de joder.

III
La loca hace como tres días que en el msn me pone: "Ouuu" y luego se va. Al rato me manda un furioso sms diciendo: "no me contestaste. Buuu"
a stalker?

IV
qué pies serían mis pies sin el tejido que la mañana coloca limpiamente entre mis dedos. el ejercicio de contarlos, uno a uno, comprobar millones de veces que son diez. qué pies serían mis pies si no calzaran esa suerte de zapatos, que se empeñan en calificar de infantiles. qué pies serían mis pies si a la noche, como rito imprescindible, no se rozaran padeciendo el frío.

martes, 21 de julio de 2009

completely twisted

La loca, como la apodamos buenamigo y yo, viene una vez cada tanto a la capital. Casi siempre por temas indefinidos, azarosos y vagos, renuentes de toda explicación. No hace nada por la vida. Ni idea de qué vive la mina. Sé que viene, arma quilombo y se va.
En un principio, la loca me cargaba (sí, eso) por msn... hasta que empecé a frenarle un tanto la mano, sutilmente, porque hasta entonces me caía simpática.
Cada vez descubría más que estaba completamente loca, no importa si tiene arranques de lucidez que me dejan boquiabierta, si me trata como si yo fuera una niña adorable a pesar de que tiene casi mi misma edad. Encima me dice "Ouu". No "O", "Olivia", "Oli" u "Olive", como me dice buenamigo, no; es un "Ouu" queriéndose parecer no sé a qué cosa.
La loca se metió con Inés, una amiga con la que compartimos antros y rarezas. El novio de Inés la alojaba en su casa cuando venía, pero cada vez tenía más rarezas y la droga la dejaba en estados tales que empezaron a temerle. Sobre todo Inés, tan pulcra ella. Inés un día le dijo al flaco que basta, que no la dejara quedarse más, que le daba hasta miedito y el flaco no se la jugó un carajo. Así que Inés se fue.
Desde entonces, guardo una distancia y una relación prudente con la loca. No me corto porque en el fondo, muy en el fondo, no me cae mal, me da más lástima que otra cosa.
Ahora la loca ya pasó a ser un personaje en charlas con buenamigo por un lado y con Inés (que la odia con toda su rubia fuerza) por otro. Pero además fue y será, la primera lesbiana que alguna vez me cargó.

sábado, 18 de julio de 2009

así de rara

habrá una forma inteligente de salir de las cosas en que una se mete.
yo, particularmente, no la conozco.

jueves, 16 de julio de 2009

casualidades (y notas adjuntas)

A buenamigo Olivia lo conoció como una casualidad boluda más de esas que a todos nos causa cierta sorpresa pero no podemos decir que no pasan. Siempre pasan.
Había intercambiado mails con un conocido para agregarse mutuamente al msn y por quién sabe qué cosa tipeó un mail erróneo y fue así que, al rato de hablar de cosas sin sentido, descubrió que se trataba de otra persona y no a quien creía haber agregado desde un principio.
Hablaron dos noches seguidas durante horas. Buenamigo le contó muchas cosas suyas. Ella no profundizó demasiado en cosas personales, pero opinaron, filosofaron y descubrieron formas de pensar semejantes. Buenamigo se fascinó con haber encontrado un ser pensante que le llevara el hilo de muchas cosas.
Quedaron en juntarse pocos días después para verse finalmente las caras. Caminaron, el viento de la rambla los despeinó en un día de actos políticos y un poco de frío. Terminaron en un bar bastante careta que era lo único abierto por la vuelta. Horas con un par de cafés hablando de millones de cosas, como si se conocieran desde hacía siglos. Quedaron en ir a un recital la semana siguiente. Olivia volvió contenta pero sin expectativas de nada.
En el recital le picó el bichito. Siempre hay un click, siempre hay un algo imperceptible que despierta esa sensación oblicua y pegajosa.
Era día de semana pero igual después del recital fueron hasta un barcito muy pichi, junto con otros dos amigos de buenamigo, a tomar un par de cervezas. Olivia, como siempre, hizo, casi sin pensarlo, una ranita de papel. Todos fascinados haciendo saltar la ranita, que terminó formando parte de la propina porque escasearon en monedas.
Caminatas, nuevos conocidos, despedida, chau.
Verano.
Y Olivia que pensaba y no pensaba, que hizo mil cosas ese verano y procuró tomarse a buenamigo como una persona genial que le había gustado conocer, pero nada más.
A la vuelta de infinitas vacaciones, de noches bancándole, a cientos de kilómetros de distancia, sus cavilaciones y dramas existenciales, el verano iba acabando y volvieron los encuentros.
Así comenzó la historia de buenamigo, que generó en Olivia muchas sensaciones hasta el corte abrupto de una tarde después de charlas, cafés, rambla y siniestros, en que descubrió, de rebote, que el tipo salía con alguien.
Idiota, Olivia, sos una idiota.


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Notas y boludeces:

Bueno, he estado sin internet por varios días. Ahí fue el cómo empezó lo de buenamigo y esta historia de nada, pura nada.

Chico sorpresa sigue sin dar señales de vida. Una semana y contando. Me sospecho que será como la última vez, va a venir y Olivia ni se va a enterar, ya me veo.

Una cosa graciosísima bloguera: vieron las palbras de verificación? hoy largué la carcajada (en serio, fuerte) cuando fui a comentar no recuerdo dónde y como palabra me salió "uncodito"
es una idiotez, pero me hizo reir muchísimo.

Graicas por sus teorías sobre el abrigo, la lana, etc, sigo pensando en nuevas.

jueves, 9 de julio de 2009

sobre abrigos y piropos.


Olivia camina así por la calle, abrigada, MUY abrigada. gorro-tapado-bufanda-guantes.
Y descubrió que cuando va toda así abrigadita, dejando ver únicamente sus ojos, los hombres le dicen cosas por la calle.
Es que la lana es atractiva?
Realizó el experimento... le dicen más cosas cuando no ven nada porque está toda abrigada que los días en que el frío no es tan insoportable.
teorías:
a) necesitan desesperadamente el calor
b) (triste para O) es solo atractiva cuando una mínima parte de su cuerpo se ve
c) la lana los excita.
No sé... me da gracia, pero es un poco frustrante. Igual, convengamos que prefiero que nadie me diga nada, pasar desapercibida, pero esto es curiosísimo. Se lo hice notar a una amiga y ser rió al comprobarlo.
No sé, che...

miércoles, 8 de julio de 2009

formas dulces de rechazo?

Hacía un par de semanas que hablaba por msn con chico-sorpresa. Más bien debería decir que hacía un par de semanas que peleaba diariamente por msn con chico sorpresa. Pelear siempre ha sido para mí una especie de hobby y encontré un par desafiante en chico-sorpresa, que le había pedido a una compañera de clase mi mail porque me vio en un cumpleaños suyo justo un finde que él había venido a la capital.
Mis intenciones eran del todo inocentes. Es más, ni intenciones tenía. Al cabo de estas dos o tres semanas, me dijo que venía por trabajo por un fin de semana y que qué me parecía juntarnos a tomar algo. A mí me divertía mucho la idea. Podría pelear cara a cara y ensañarme debatiendo con el chico-sorpresa e inocentemente eso era todo lo que esperaba, todo lo que construía mi expectativa.
Nos encontramos en un lugar neutral, yo estaba un poco nerviosa porque ni había pensado qué podíamos hacer o a dónde le gustaría ir, pero él no paraba de sonreir y de mirarme de una forma extraña.
Caminamos un rato, demoramos, pero al fin aparecieron temas de discusión y para pelear con el mejor humor del mundo, con chistes de por medio y, debo decirlo, ya bastantes palos de su parte.
Fuimos a tomar algo. El lugar tenía música en vivo y lo que más hicimos fue tomar, no hablamos tanto. A mitad de la noche me encontré con un par de amigas que sin preguntar acerca de chico-sorpresa se unieron a nosotros y nos pusimos a cantar y a joder mucho con cualquier estupidez, ya bastante desinhibidos por el alcohol.
Era tarde ya cuando se había terminado la música y la vitalidad de mis amigas que habían tomado bastante más que nosotros y poco a poco se iban retirando. Cuando nos trajeron la cuenta hice algo que suelo hacer cuando voy por ahí y algún papel sin mucha utilidad cae en mis manos. Lo doblo hasta lograr una ranita de papel que salta cuando se le apreta la cola. A chico-sorpresa le resultó muy simpático y hasta tierno (o algo así supo decir). Salimos del bar casi abrazados, le regalé la ranita de papel y me lanzó una de sus miradas más tentadoras. Chico-sorpresa tenía cierta forma de mirar que entre intimidaba y daban ganas de hacerle cualquier cosa. Esa ambigüedad creo que era su mayor encanto ya que físicamente ni siquiera era mi tipo.
Mucho menos tímidos, con menos palabras y más juntos, acompañamos a una amiga que apenas podía sostenerse hasta una parada de taxis y la metimos en uno. Luego de eso nos miramos sin decirnos nada pero hablando con los ojos y caminamos abrazados y en silencio hasta cerca del lugar donde se estaba alojando.
Por allí nomás encontramos unos bancos apartados y un poco a oscuras donde nos sentamos. Yo empecé a hablar de cualquier idiotez mientras chico-sorpresa me miraba largamente (sí, con una de esas miradas) que poco a poco me hacía dar cuenta de qué tan absurda era mi conversación. Aún así, y vícitima de los efectos del alcohol, yo seguía.
Esperaba que él por fin se cansara de tanta idiotez (ya a propósito) e hiciera algo. Y no demoró mucho. Me hizo callar con un beso y ahí se desencadenó todo el efecto que la mirada sostenida durante horas en el bar y en la calle había provocado en mí. Besos, caricias, manos, amparados por una oscuridad cómplice.
Ni idea cuánto tiempo, pero al rato yo estaba demasiado a gusto como para quererme ir. Y entonces se rompió la magia. "Y si subo?" le dije con una voz entre inocente y demandante. "No, O, ahora vas a tener que irte. Mañana tengo que levantarme temprano para trabajar. A eso vine." Yo me reí, incrédula, y continué en lo que estaba. Chico-sorpresa me apartó. "En serio, O, tenés que irte".
Remoloneos más, remoloneos menos, terminé yéndome a casa unos 15 minutos después de todo ese circo.
Genial, O.
Chico-sorpresa se volvía al finalizar la jornada del día siguiente y hasta que llegó a su casa no hablamos. Por msn seguimos como si tal cosa. Yo no reproché la echada en la cara pero todo quedó medio raro. Lo único bueno era que en dos fines de semana más volvía a la capital y ahí seguro nos encontrábamos.
En resumen, porque esto ya se está poniendo largo y no quiero aburrir, aquel fin de semana vino y aunque di señales de vida y opciones de encuentro, no supe de su paradero hasta que había llegado el lunes y cada cual estaba en su punto de origen. Esto y un par de cosas más hicieron que me sintiera bastante estúpida. Al principio me quemé la cabeza, luego decidí odiarlo y finalmente ignorarlo, cosa que estuvo bastante bien.
Todo esto viene a cuento porque hace un par de días, después de meses sin hablarnos, me habló como si tal cosa, con los mismos apodos de antes, con las mismas peleitas histéricas. Yo tomé todo como de quien venía y seguí el juego. Ya lo tengo perdonado y asumido, y además ando con la cabeza en otra así que ni me jode. Pero he aquí que haciéndose el boludo me comentó que venía a la capital próximamente y que era más que obvio el encuentro.
No puse objeciones. Me dije: O, sabés cómo son las cosas, así que
a) te vengás
b) la pasás bien, sea lo que sea, lo que tenga que ser
c) ... (no sé, otras opciones?)


---actualización---
como varios preguntaron por la ranita... hice una especial y muestro cómo sería.


sábado, 4 de julio de 2009

todo el día para nada.

Ya adevertí en la presentación que soy bastante patética y desgraciada. Los hechos que a veces decido contar no hacen más que justificarlo. Pero no me quejo, yo qué sé.
Con buenamigo en principio mantuvimos una relación por demás estrafalaria. Será parte de otra historia el cómo nos conocimos, pero lo cierto es que yo me embalé y me hice la cabeza con un millón de cosas, mientras él actuaba con una supuesta naturalidad que sólo con el tiempo descubrí que era simplemente eso: conceptos dispares de una relación natural entre un hombre y una mujer.
Lo cierto es que un buen día nos llamamos, como tantas otras veces, para almorzar en algún lado. Más allá de los accidentes del encuentro, las llegadas tardes, desencuentros y demás, decidió cancelar todas las actividades del día para compensar sus faltas.
Así que almorzamos, tomamos café, hablamos muchísimo, nos dijimos un montón de cosas re serias, nos reímos mucho, como siempre que nos juntamos, y salimos a dar un paseo. El día estaba espectacular, caminamos (siempre caminamos muuuuucho en todas nuestras salidas) y decidimos tomarnos un bondi al mismo tiempo que decidíamos ir al cine. Corrimos, lo alcanzamos, nos subimos y nos sentamos a saborear juntos un libro de historietas.
Fuimos al cine, compramos las entradas y como faltaba rato para que empezara la peli, consintió en ir a comprar garrapiñada porque hacía horas que yo repetía que tenía ganas de comer garrapiñada.
La película fue genial. Cuando terminó, nos quedamos inmóviles mirando los créditos, escuchando la música del final, ignorando que toda la gente dejaba la sala. Ingenua de mí, pensé que en ese momento algo había pasado, algo se había trastocado en nuestro universo de butacas y proyecciones, que algo tendría que romper el silencio a mi favor. Nada. Las luces se encendieron y casi nos obligaron a abandonar la sala.
Salimos caminando sin rumbo fijo, hablando, comentando la peli, llevando las conversaciones hacia rumbos inesperados, peleando, empujándonos. Sugerí continuar con una cerveza y compramos una de paso, llegamos hasta una plaza luego de la cual otro destino era imposible y, después de estar cerca de 12 horas juntos, continuamos charlando, sacándonos fotos y tirándonos verdades venenosas.
Se hacía tarde. Yo ya debía volver, debía abandonar el día lleno de dulces, comida e historias ajenas y volver a mi mundo de cortas vacaciones. Me preguntó qué hacía, para dónde iba y le contesté que mi casa era mi destino final. Entonces lo ví venir, me miró con una media sonrisa, y casi pidiendo disculpas me dijo: bueno, yo me voy a lo de fulanita.
Así es, fulanita, su "saliente" por ese entonces, que a diferencia de ella, era muy extraña. Se iba, claro, a coger con fulanita, después de todo un día compartido, después de llenarme con sus preocupaciones, sus alegrías y sus miedos, se iba a coger con fulanita.
No me aguanté y cuando me acompañó de regreso y se quejó de todo el trayecto que tenía que hacer para volver hasta lo de fulanita (no se olviden, a coger con fulanita) le solté un: y si creés que vale la pena...

viernes, 3 de julio de 2009

resulta que ahora soy antisocial.

No tengo Facebbok. Desde hace tiempo muchas personas me han insistido para que me cree uno y no logran convencerme. No le encuentro demasiadas contras a mi postura, salvo cuando la gente se pone soreta y cortamambo y le echan la culpa por todo a mi desinterés en ese conglomerado "social". Si me quejo por no haber visto las fotos de algo, es porque no tengo Facebook, no porque nadie se dignó en decirme, como antes, che, O, nos juntamos en casa a tomar mate y mirar las fotos?. Si resulta que me perdí quién está saliendo con quién o el lío que se armó porque tal le dijo no sé qué cosa a tal otro, es que estoy desconectada del mundo, no es que, como antes, nadie me llamó para contarme la última noticia de mi círculo social.
Y sí, la vida sin Facebook para algunas cosas se sigue tornando difícil. Una empieza a ser excluida de conversaciones que tienen que ver (!!!) con puntajes en juegos idiotas, rankings y no sé qué estupideces más. Y resulta también que cuando ponemos cara de... nosédequéhablan, la gente nos tacha de antisociales.
Eso es. Antisocial. Resulta que no importa que me cuele a todas las fiestas, que charle con cualquier desconocido, que me haga amiga de los amigos de mis amigos, que le de vida a cualquier muerto por msn o sea capaz hasta de hablar con una pared. No. La fórmula es esta: no facebook = antisocial.
Incluso el otro día me pasó que no pude seguir un debate interesantísimo en clase acerca de los espacios en internet y la mediatización como mediación en las culturas posmodernas porque empezaron a poner ejemplos... de Facebook!!!!
En fin. Esto creo que alimenta mi odio y mi rebelión. Me lo crea como una especie de monstruo que en ocasiones me aísla y me aparta. Hasta que punto esto está bueno? Hasta qué punto una "red social" puede volver a otros antisociales?

Presentación

Hace tiempo tenía ganas de tener un blog y contar algo de mi vida. Al final me decidí, me autoimpuse ciertas reglas y me tiré al agua.
Quién soy? bueno, para nadie debe ser una pregunta fácil de responder, pero doy algunas ideas para el que tenga ganas de leerme sepa cómo viene la mano. Sinceramente, no busco ser super original o contar historias interesantísimas y extravagantes. Probablemente esto no le interese a nadie, pero tampoco me preocupa.
Y quién es Olivia, entonces? Pues bien, Olivia es una chica bastante desgraciada. No tiene mayores logros ni mayores aspiraciones en la vida, su marcador amoroso marca sencillamente 0 historias de verdad y duraderas con 0 tipos, pero antes que deprimirse, prefiere disfrutar de pequeñas cosas, reirse mucho, hacer reir a otros y también putear, enojarse, luchar por lo que cree en la medida que puede y bailar, cantar, dibujar, escribir.
No esperen encontrar grandes hazañas en su rincón amarillo, sino el día a día de una desdichada que se ríe de su desdicha, se autocritica mucho y se ridiculiza para hacer de la vida algo más que un trago amargo.
Advertidos y presentada, se inaugura el blog de Oh!